¡Tachán! Con un guiño, César abría la mano y de allí sacaba la sonrisa de Mariana. No la vuelvas a perder, decía. Entonces, a la niña se le iluminaban los ojos y movía negativamente la cabeza.
Sin embargo hay lugares donde la alegría se pierde con demasiada frecuencia, y hasta los hechizos más poderosos dejan de surtir efecto. Por eso hace dos semanas que, en el turno de patio, César está muy serio, como triste. Lo que sus compañeros no saben es que ha perfeccionado su truco. Ahora se arranca la sonrisa con los dedos y la cose con hilo mágico en la boca de la pequeña.
NiñoCactus
9 comentarios:
De todos los "Tachanes" que he visto este sin duda es el mejor, lleno de sentimiento y sobre todo...mágico. Un placer leerte, abrazos.
Que tiernito. Muy lindo.
Abrazos
Buen ¡tachán! sí. A seguir intentándolo.
Un saludo indio
Eso está bien, porque si la magia no sirve para dibujar sonrisas... pues entonces, para eso, nos quedamos con la realidad. Bonitas piernas (las de Su, claaaaro) Un abrazo para ella y ((otro)) para usted
Es encantador y lleno de realidad...
Muy lindo coserle la propia sonrisa a la niña, muy generoso. Precioso micro.
Abrazos
Enhorabuena! por tu "Tachán!" pero a que coincidímos en que el que ha ganado esta semana, también es muy bueno?
Un deportivo saludo, NiñoCactus.
será su hermano?
Afortunadamente podemos regalar sonrisas sin perderlas, y de ese modo hacer brotar sonrisas en los demás...
Un cuento muy tierno y bonito
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