No funcionó. De la misma manera que tampoco lo hizo ayer, ni antes de ayer, ni la semana pasada, ni hace dos meses... Sin embargo mañana..., sonrió, mañana funcionará.
Niñocactus
Niñocactus
El lobo alzó la cabeza y miró al cielo. Una luna completa comenzaba a asomar por el horizonte. Como cada veintiocho días, poseído por una maldición milenaria, el cuerpo del lobo comenzó a transformarse, paulatinamente, en el de un ser humano.
El resto de los componentes de la manada huyeron, horrorizados, del depredador.
Ning1