lunes, 30 de abril de 2007

Proyectos

Tengo tantas cosas atrasadas por hacer que me voy a comprar una agenda del 2004 para empezar a apuntarlas.

Niñocactus

jueves, 26 de abril de 2007

Amor Cotidiano

Quererte es escurrir el trapo de la cocina, regar las macetas secas, dejar que se acumulen las pelusas, centrifugar sin haber aclarado...
Y, a veces, es quedarse inmóvil, sin pestañear, conteniendo la respiración, deslatiendo sístoles y diástoles. Casi sin existir. Para que, si no amas a nadie, me ames a mí.

Niñocactus

¿Has sido malo?

Duermete mi bien. Sueña con el sol. Que al amanecer, ya se irá el temor.

Un pequeño cuento oscuro en el que sólo pincelo la música.

Niñocactus



miércoles, 25 de abril de 2007

El cantante mudo

Había sido el mejor cantante de los últimos años. Pero para su desgracia y la de todos sus seguidores, un día una misteriosa enfermedad se llevó, para siempre, su voz.

Aunque ningún sonido salía ya de su garganta, su pasión por el escenario era tal, que decidió seguir dando conciertos. Conciertos mudos en los que ningún sonido era emitido. Este extraño arte tenía, claro está, un público muy reducido. Sólo acudían oyentes sordos.

Así, siempre en pequeños teatros, a lo largo de toda Europa, se organizaron actuaciones en las que un artista sin voz cantaba a un público sin oído. Nadie ajeno a estas extrañas expresiones artísticas logró nunca entender su finalidad. Ningún crítico fue capaz de escribir un solo párrafo con algo de sentido explicando por qué los espectadores de tan singular espectáculo salían siempre emocionados.

Un día, al finalizar un concierto, un transeúnte curioso se acercó a uno de los espectadores y, papel en mano, le preguntó por qué acudía a estas representaciones. La respuesta, escrita, decía lo siguiente:

“Nunca he visto a nadie que al cantar, amara tanto la música”

Ning1

lunes, 23 de abril de 2007

Pequeña gran historia de amor

Pablo mide dos metros y diez centímetros. Cuando era pequeño su madre guardaba el bote de caramelos encima del armario de la alacena; y él, a base de mil intentos para alcanzarlo, se fue dando de sí. Ahora el bote descansa sobre la mesita del salón.
A Carolina no le explicaron bien las reglas del escondite, o tal vez no las entendió. El caso es que la encontraron siete meses más tarde al sacar los adornos de Navidad. Así fue como adquirió la costumbre de pasar largos ratos acurrucada en lugares pequeños. Los médicos le dijeron que esa era la razón de su reducida estatura.
Ella se enamoró de puntillas y él con la espalda flexionada. Ahora tiene joroba y se lo pasan en grande jugando a los dromedarios.

Niñocactus

Comprobado (para días grises)

He tenido que hacer un viaje en avión. El cielo estaba completamente nublado. Al subir por encima de las nubes, doy fe, allí estaba el sol brillando como siempre.

Niñocactus

viernes, 20 de abril de 2007

A la pregunta "¿Qué quieres ser de mayor?", el niño siempre contestó que bombero. Veinte años más tarde cuando más ardía su amor, le echó agua.

Niñocactus

miércoles, 18 de abril de 2007

Reposo

No estaba entendiendo nada de la conversación. Se sentía hablando con un extraño, como si le faltasen esas dos palabras que puestas en el orden correcto descifrasen un código ancestral. Sus ojos cada vez más tristes y cansados, y su interlocutor cada vez más lejano. LLegado el silencio se separaron. El sueño fue intranquilo. A cada despertar las estrellas del techo brillaban cada vez más tenues. Cuando las primeras luces entraron por la ventana descubrió sobre la almohada, entre restos de cera, algunas letras que se habían quedado pegadas a ella. Tras probar distintas combinaciones su corazón, por fin, comprendió.

Niñocactus

martes, 17 de abril de 2007

¡Extra, extra!

El CED (Comité de Erradicación de Dudas) concluyó ayer con éxito su proyecto, de cinco años de duración, dando respuesta a la última pregunta de la Humanidad. Mañana, en un acto oficial, se eliminará el signo de interrogación. Hoy es el último día para cuestionarse todo. ¿¿¿???

Niñocactus

domingo, 15 de abril de 2007

Debí confundirme en algún giro y en vez de ver a Inma llegué a casa de una tal Ana de Málaga. Como ella no cree en las casualidades y sí en las equivocaciones, vuelvo despacio sobre mis pasos.

Niñocactus

jueves, 12 de abril de 2007

Excepciones

Los médicos son culpables hasta que se demuestre lo contrario.

Niñocactus

miércoles, 11 de abril de 2007

Hoy he cenado sopa de letras. Hice trampas y en la última cucharada podía leerse fin.

Niñocactus

El lenguaje del abanico

Desacompasado el abanico en manos de la doncella, mostraba a cada batida una mueca de repugnancia.
Quedaba escondida bajo su tela la tímida sonrisa mostrada.

Niñocactus

Matequilla y mermelada


El cuento se torció nada más empezar. En el día más trascendental de su vida, mientras desayunaba, a Caperucita se le resbaló la tostada de entre las manos y se manchó de mantequilla y mermelada su único vestido de terciopelo rojo.

No dejándose arrastrar por el desánimo, decidió seguir adelante con el recado de su madre y llevar, pese a todo, la cestita con comida a casa de su abuela. Resolvió, sin embargo, que no podía salir a la calle de esa guisa y quedar reflejada, para siempre, en las ilustraciones de los libros infantiles con un lamparón de semejante calibre. Por eso, ni corta ni perezosa se puso su ropa favorita, la de los Sábados por la noche: Minifalda negra, medias de rejilla sobre zapatos de tacón y una chaqueta, torera con ombligo al aire, que dejaba entrever un atrevido escote.

Y ocurrió la desgracia. El cazador, hombre aguerrido y de buen corazón donde los haya, ante la visión de esta sexy y descocada protagonista, sufrió un ataque de locura pasajera. Así, no pudiendo esperar a su turno al final de cuento para salir a escena, raptó, sin plantearse demasiados conflictos morales, a la pobre Caperucita. Tanto le latía el pulso, que no la dejó ni llegar a la linde del bosque.

Mientras el lobo feroz languidecía escondido en una curva del camino, la guardia civil movilizó a todos sus efectivos. Dos mil trescientos hombres con un ridículo tricornio negro, al mando del bigotudo capitán Peláez, removieron suelo y tierra buscando a la rubia adolescente. El dispositivo tuvo éxito, tan sólo dos días después el hombre de camisa a cuadros fue detenido cuando intentaba coger un avión con destino a Cancún.

Caperucita, visiblemente emocionada, protestó bastante la detención.

Lamentablemente este fenomenal despliegue de fuerzas fue aprovechado por el lobo feroz que, aburrido de mirar al reloj y coger frío agazapado entre los arbustos, se lanzó a una orgía de matanzas, devorando a todo personaje del cuento que quedaba por ahí. Así, la abuela, la madre y cuarto y mitad de una butifarra de la cestita de la protagonista de este cuento fueron engullidos sin piedad.


Finalmente, ante semejante despropósito de cuento, al desconsolado escritor del mismo no le quedó más remedio que dejar a un lado el libro que podría haberle dado fama eterna y conformarse con publicar su historia en un modesto blog.

Todo por una tostada de mantequilla y mermelada.



Ning1

miércoles, 4 de abril de 2007

Le entusiasmaba cantar pero estaba completa y chirriantemente desafinado. Es por un pequeño defecto en el lóbulo temporal del cerebro, le dijeron. La nueva microcirugía láser podría solucionarlo. Finalmente accedió a la intervención. Cuentan que el resultado fue asombroso. Y él.., él se pasa la mayor parte del tiempo callado.

Niñocactus
El autobús iba lleno. Las conversaciones se mezclaban en el aire. Ella se sonrojó al oírle decir: "Te quiero". Era la primera vez en los últimos diez años de casados. Detrás los dos jóvenes aprovechaban su silencio para amarse.

Niñocactus