martes, 12 de octubre de 2010

Celoso escritor enamorado

Y dio otro bocado a la manzana mientras aquella vieja harapienta observaba expectante.

-Está deliciosa –dijo la joven.

-¿¡Cómo!? –gritó la anciana arrancando la fruta de sus manos y pegándole un mordisco.

No había pasado ni un minuto, y la terrible madrastra yacía en el suelo con espumarajos en la boca.

Blancanieves escupió los dos trozos que ocultaba en sus carrillos y se sentó a esperar al príncipe azul, que nunca llegó.

NiñoCactus

Metamorfosis

Y dio otro bocado a la manzana, y otro, y otro, y otro…, mientras el cuerpo de Eva se tornaba más y más voluptuoso.

NiñoCactus