martes, 24 de enero de 2012

La manzana

Al diablo mismo enamoró Daniela con sus enormes ojos negros. Y aquel cuerpo que hacía pecar a todos los hombres cuando la miraban, redimió al mismísimo demonio.

NiñoCactus

Cuentan que...

Al diablo en una ocación le fallaron las fuerzas, y estuvo a punto de vender su alma a un niño a cambio de su inocencia.

NiñoCactus

jueves, 12 de enero de 2012

El café

La última alma humana pidió un café en el bar de siempre. No había nadie más así que se lo sirvió ella misma. Luego se sentó en la mesita del rincón, donde cada tarde se veían antes de ir a trabajar. Una ráfaga de viento entreabrió la puerta a su espalda. No necesitó darse la vuelta para saber que no era él sin embargo le fue imposible evitar que un escalofrío le recorriese el cuerpo. Y tal vez en su imaginación, tal vez no, sintió un beso fugaz en la nuca mientras la cucharilla daba vueltas dentro de la taza.

NiñoCactus

Olvido

La última alma humana olvidó, por un instante, que estaba sola. Quizá fue el olor a azaleas colándose desde el jardín, o la luz del sol al entrar cálida por la ventana, o simplemente el deseo. Uno que, de puro intenso, se hizo real durante unos segundos. Lo suficiente para soportar seguir existiendo en aquella completa soledad.

NiñoCactus

viernes, 6 de enero de 2012

Cinco Lágrimas

Antonia nació sin llanto una mañana cuajada de rocío. Sus padres, preocupados, consultaron a diferentes doctores: Cómo iban a saber que le pasaba algo a su bebé si no podía llorar. Pese a las palabras tranquilizadoras dadas por unos y otros, decidieron acudir a un curandero, el cual entregó cinco lágrimas a la pequeña.
Antonia creció sabiendo que sólo poseía cinco gotas de agua salada en sus ojos. Le parecían tan importantes que no debía malgastarlas. Así pues decidió reservarlas para momentos realmente necesarios, y encaró la vida con una sonrisa de oreja a oreja.
Cuando llegó al final de sus días aún no había derramado ninguna lágrima. Su última voluntad fue ir al mar. Una vez allí cerró los ojos para devolverle su valioso préstamo, el mismo que le había hecho vivir con tanta alegría.


NiñoCactus

Cumplimos cinco añitos y soplamos las velas con Aurora.
Gracias a todos por seguir pasando por aquí.

miércoles, 4 de enero de 2012

Nublado

La última alma humana permanecía detrás del cristal viendo llover.

–¡Vaya! –se dijo­–. Hace días que la ciudad amanece gris como si supiese que ya no estás.

Y las gotas de agua salpicaban la ventana desde dentro.

NiñoCactus

Adaptación

La última alma humana se inventaba amigas con quienes jugar. Como no le gustaba perder, resultaba complicado conservarlas. Por eso decidió que hacer trampas no era tan malo. Aunque las hacía de forma disimulada para que no se diesen cuenta.

NiñoCactus