miércoles, 29 de noviembre de 2017

Semillas de sueños

Allá por los inktober del mes pasado, Diana Toledano decidió crear un personaje con muchas historias que contar. Con algo de atrevimiento, decidí ponerle palabras a sus ilustraciones. Y, entre los dos, esto es lo que sucedió. 


Ayer por la noche olvidé cerrar la ventana. Creo que se me escapó algún sueño, porque hoy el jardín inventa flores nuevas.

Last night I forgot to close the window. I think some dreams escaped, as today the garden is making up new flowers. 

I left a window open 
as I yawned and hugged my pillow. 
From my sleep some dreams departed,
new flowers grow now in the garden. 

(Muchas gracias a David Pastor y Ana Martín por las traducciones y las correcciones).

lunes, 27 de noviembre de 2017

Secretos de jardinería cotidiana


El truco para que una margarita
diga «Sí»
es hablarle
con tanto cariño
que quien te vea cuidarla
no se pueda resistir.

martes, 14 de noviembre de 2017

El futuro a través de un corazón

«¿Qué será lo que le escribe su madre en esos papeles?», nos preguntábamos en la UCI al observar cómo los colocaba, cuidadosamente doblados, en la mano de su hijo nada más llegar. Después no decía nada: sólo silencio…, y los mensajes. 
Todas las trabajadoras pensaban que se trataba de oraciones abogando por la curación del pequeño. Todas menos yo, que decidí leerlos. Leérselos. 
La madre había resuelto compartir la vida entera de su hijo en el mes que aún restaba. Esas notas recorrieron años de infancia, adolescencia y madurez. Consejos, felicitaciones, confidencias, incluso había alguna regañina… Y finalmente su despedida: «Estoy orgullosa de ti. Me voy, pero no estés triste. Sonríe siempre». 
Al día siguiente, al entrar en mi turno, encontré la cama vacía.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Excusas de una quiromante discreta

Mi madre sonríe misteriosa cuando le preguntamos cómo consigue presagiar cada acontecimiento que va a ocurrirnos, pero no dice nada. Hasta hace poco era la última en enterarse de cualquier eventualidad. Siempre despistada, incapaz de interpretar los signos más claros… Por eso nos extraña tanto esta transformación. 
El caso es que ahora no deja de adivinar el futuro mientras da rienda suelta a sus nuevas obsesiones: tomarnos constantemente medidas para tejer guantes, revisar la correcta higiene de nuestras manos antes de cada comida, y los relajantes masajes en las palmas que facilitan un mejor descanso. 
Hay que reconocer que la abuela ya no tiene insomnio. Y mi madre no deja de repetir: «¡Te lo dije!».