Margarita Chicaiza era capaz de cambiar el orden de los días. Podía adelantar un viernes o atrasar un martes. Sólo había una condición: antes o después tenía que vivirlos uno a uno.
En un principio esto era fácil y divertido pero con el tiempo dejó de controlar su habilidad. Los días se descolocaban sin que ella supiese cuál estaba viviendo. De este modo perdía cosas que pasaba horas buscando para encontrarlas después donde las dejó el día siguiente a antes de pasado mañana.
Ordenaba sus ideas hablando en futuro pretérito y, como nadie la entendía, la consideraban loca.
Llegó a tal punto la confusión temporal de Margarita que ni la muerte encontró el momento de visitarla. Así, lustro tras lustro, se fue arrugando hasta convertirse en pasa.
Niñocactus
viernes, 31 de agosto de 2007
martes, 7 de agosto de 2007
Soñar...
Soñó que no caía, que cada salto tardaba varios minutos en finalizar, que podía salir de casa por el balcón, que superman dejaba de ser un personaje de ficción.
miércoles, 1 de agosto de 2007
Dolor de garganta
Decía tener una espina clavada en la garganta. Lo extraño era que llevaba días sin comer pescado. En la exploración el médico encontró una palabra afilada desgarrando la mucosa.
Niñocactus
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