Camina en círculo, con los pies descalzos, sintiendo el suelo. Me observa. Estudia el punto exacto donde dar el primer golpe. Los ojos fijos. Nada le distrae. Ahora soy yo quien le aparta de su vida... No. Ahora yo soy su vida.
Un bloque de mármol convertido en aire y respiración. Eso es lo que busca: mi aliento. Vaciar la piedra hasta mis labios y darme el alma. Recuperar la suya.
Para un segundo. Vacila. Lleva el cincel en la mano. Lo más complejo es el primer golpe... Y el último. Saber dónde acaba. El lugar preciso en el que la escultura se muestra desnuda, sin más capas.
Lo del medio es sólo un dolor necesario.
NiñoCactus