lunes, 28 de febrero de 2011

Chimpún

-Mamá, ¿me cuentas un cuento antes de dormir?
-Claro.
-Pero que no tenga princesas, ni príncipes, ni hadas, ni niñas buenas.
-Vale...
-¿Y pueden salir los Gormiti, y unos extraterrestres con armas de destrucción masiva, y además que haya una guerra horrible con vampiros y hombres lobo?
-Uf, está difícil pero lo intentaré... ¿Alguna cosa más?
-Mmmm, sí... Que acabe bien.
NiñoCactus

Realidad - Ficción

La noticia le dejó paralizado unos instantes, mientras un sudor frío le empapaba la espalda. No podía ser cierto. Se levantó del sofá y corrió hasta su escritorio. Allí, en el último cajón, donde amontona los descartes, buscó el relato escrito el jueves anterior, el que había desechado por juzgarlo demasiado inverosímil, y cuya misma historia aparecía hoy en la portada de todos los periódicos.
NiñoCactus

jueves, 24 de febrero de 2011

Lluvia de Ranas

“Vecinos de la pedanía de El Rebolledo asisten atónitos a una lluvia de ranas diminutas

El extraño fenómeno meteorológico se produjo el pasado jueves tras las intensas lluvias”



Decía mi abuelo que la explicación para las preguntas sin respuesta está en los cuentos. Al leer esta mañana el periódico recordé una de las historias que me contaba antes de ir a dormir. Hablaba de una rana, Puck, que miraba con desaliento el humedal donde su extensa familia vivía apelotonada, y observaba anhelante el cielo vasto y limpio allá arriba. Soñaba cómo sería nadar en aquel enorme estanque de agua, sin la necesidad de pedir perdón cada vez que chocaba con alguna de sus hermanas.

Pasó meses y meses imaginando mil formas de llegar a lo alto. Pensó que quizás podría alcanzarlo al saltar desde la última rama del árbol más grande; o tal vez pidiéndole al águila que la llevase entre sus alas; o a lo mejor aprovechando un día de vendaval... Probó cada una de sus ocurrencias y nada, sólo obtuvo un fracaso tras otro.

Una noche, mientras croaban juntas a la luna, ideó un plan casi infalible. Así pues, convocó una reunión general y expuso su proyecto. Si todas las ranas se subiesen unas encima de otras, construyendo una torre; al brincar primero la de abajo y luego, en el aire, saltasen las siguientes sucesivamente; conseguirían sumar su energía y tocar el firmamento.

La operación no se hizo esperar. Rápidamente comenzaron a colocarse según las indicaciones de Puck, dejándole a ella el puesto de la cima.

-¡Ahora! –gritó cuando estuvo preparada. Y una a una fueron ejerciendo con sus patas toda la fuerza de la que eran capaces.

Puck subió y subió y subió atravesando las nubes hasta perderse de vista. El resto de su familia se congregó en la orilla a la espera de su inminente descenso con los ojos puestos en el cielo. Sin embargo esto nunca ocurrió. Pasaron varios días así, hasta que comenzó a dolerles el cuello, y decidieron volver a su rutinaria vida.

Habrá caído en otro lugar, decían algunas. Estará nadando donde siempre quiso, pensaban otras.

Yo ahora sé cuáles tenían razón.

NiñoCactus

martes, 22 de febrero de 2011

Amarillo


-¡Hola! Ha dicho la seño que no tienes goma de borrar... Si quieres puedes usar la mía...
Fernandito se pone un poco rojo, un poco nervioso y muy feliz, cuando Alicia le da las gracias y sonríe. Después, su expresión cambia de golpe al ver a la niña sacar su cuaderno de cuentas, y hacer desaparecer el corazón dibujado a lápiz en la primera página. El mismo que él pintó durante el recreo mientras nadie miraba.
-A mí me parecía bonito –dice a media voz, y vuelve a coger su goma intentando que no se le escape ninguna lágrima.
-Sí –responde ella-, pero queda mejor en amarillo.
Y siguiendo la misma línea, lo traza de nuevo con un rotulador. Fernandito toma el marcador y le pinta unos rayos de luz.
-Tenías razón. Ahora brilla mucho más.

NiñoCactus

jueves, 17 de febrero de 2011

La esencia

Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa. Al principio me esperabas para desayunar, y buscábamos la manera de estar juntos lo máximo posible. Pero paulatinamente se ha ido haciendo más complicado, y hace varias semanas que ni nos vemos. Yo aprovecho, al llegar, para acurrucarme en la cama y recoger tu olor antes de que se desvanezca. Permanezco quieto, con los ojos cerrados, aprisionando lo que me queda de ti. Después del sueño, arreglo la casa, preparo la comida, salgo a correr, y antes de marchar de nuevo al trabajo, no olvido rociar la almohada con tu perfume.

NiñoCactus

jueves, 10 de febrero de 2011

De Ocasión

-Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa.
El individuo del traje negro, hace una mueca y mira hacia un mostrador improvisado al fondo de la sala. Frente a él, una larga hilera de hombres con su misma indumentaria espera impaciente.
-Pobres diablos –piensa.
Tras una breve vacilación, deja el trozo de alma que acaba de adquirir y se dirige en busca de otro vendedor menos solicitado.

NiñoCactus

jueves, 3 de febrero de 2011

La bala perdida

La bala, en la sien, nunca llegó, pero el tío Ramiro sintió su cerebro romperse en mil pedazos. Desde entonces, creyéndose muerto, camina por la casa como un fantasma. Le gusta hacer chirriar las puertas por la noche, o dar alaridos, desde que las engrasó mi padre. Es imposible razonar con él, no quiere hablar. Al final tuve que convencer a mi amiga Rebeca, la que estudió arte dramático, para venir los domingos a hacer de médium.

NiñoCactus