jueves, 15 de julio de 2010

Perdices

Desde aquél fatídico beso lleva cosidos treinta jerséis, catorce blusas y cuarenta y tres pares de calcetines. Sin embargo, y pese a los precedentes que atesora, la alta costura no ha conseguido, aún, solucionar su problema.

Lo ha intentado jugando a los dardos en las más peligrosas situaciones. Tuertos, virojos, enfermos de cataratas, hombres sin equilibrio e incluso dos ciegos han sido algunos de sus compañeros de partida. Como única recompensa tres arañazos, dos moratones, algún buen enfado y, eso sí, un trofeo que la acredita como campeona, indiscutible, del reino.

Es ya una adicta a la acupuntura, día sí día no recurre a un especialista en la materia. Gracias a ello mantiene un cutis limpio y terso, una espalda sin ninguna contractura y hace años que no sufre de jaquecas. Sin embargo, ni con todos los pinchazos, ha conseguido esbozar un solo bostezo.

En definitiva, de ninguna de las maneras imaginadas, la antaño somnolienta bella durmiente ha conseguido, en todos estos años, librarse del pelma y cursi príncipe azul.


Ilustración regalada (regalazo) por Citlalinushka de http://citlalindedibujo.blogspot.com/

Ning1

9 comentarios:

Víctor dijo...

Me costó, Ning1, pero al final lo pillé. Es mi culpa: no caía en que fue una aguja la culpable del profundo sueño. Pues entonces que vaya con cuidado, no se acabe tirando a la heroina. Sufrir por sufrir...

Un abrazo.

Blogadicta dijo...

Psssst, hola pekeño, te sigo leyendo, cada uno de tus cuentos, que me esboza cada uno de ellos, una pekeña sonrisa en los labios. Aunque me pase poco, estoy presente en la sombra. Un besote!

Anonima Mente dijo...

Ilustración y cuento, preciosos.
Un saludo!

David Moreno dijo...

Otra versión de la bella durmmiente. Original. Bien narrada.

Un saludo indio

Atenea dijo...

Este es uno de los rincones que más voy a añorar. vengo hasta aquí para despedirme de ti. No sé cuanto tiempo pero me parece que va a ir para largo, así que me despido sabiendo que voy a añoraros de verdad. Muchos besos y hasta siempre.

Citlalinushka dijo...

Ah!!! engordaron las líneas!! debo confesar que me gustaba más aquel par de pinceladas donde la historia se adivinaba. Un gustazo, como siempre, colaborar en este blog de las historias encantadas.

Un abrazo!!

(por cierto, esa cancioncilla que me ha tocado en el random qu epone música a sus palabras, we´re gonna make it, me la llevo!, está buenísima)

Ning1 dijo...

La verdad es que el cuentecito engordó hasta transformarse en un cuentecito gordoncete. En principio era así:

"Ni cosiendo ni jugando a los dardos. Ni tan siquiera con los treinta y cuatro pinchazos de la acupuntura la bella durmiente consigue librarse del pelma del príncipe azul."

Victor: Era un poquito enrrevesado sin recordar el cuento y la máquina de coser, ¡pero me alegro que le haya gustado!

Sara: Salga usted de las sombras querida nómada ¡que se está mucho más agustito al sol! (como consejo, en cualquier caso, veanos usted desde dónde prefiera :p )

Anonima Mente: Muchísimas gracias por los ánimos y la fidelidad!

No comments: Gracias por los comments!

Atenea: Se le echara de menos, ¿promete volver? ¿E informarnos de los avances de esos nuevos pasitos vitales?

Citla: Me alegro que le haya gustado la canción, me pafreció que venía muy a cuento con sus actuales intereses... Ya tengo en la cabeza otra historia para la que, si sale adelante, quizás intente abusar de su confianza.

A los seguidores: Muchísimas gracias por seguirnos, ya sois 102!! Me siento abrumado por tantas visitas. Mil gracias de corazón

Anita Dinamita dijo...

Tantas princesas aburridas y tantas niñas esperando un príncipe azul... qué pena! Me encanta la vuelta del cuento.

anis dijo...

yahm,, siempre supe que el príncipe no era como nos lo contaban
:)