martes, 22 de junio de 2010

La última visita

Por favor, sea breve, dijo consultando su lujoso reloj de bolsillo. Siempre el mismo gesto, las mismas palabras para asegurarse de que nadie le robaba ni uno solo de sus preciados minutos.
Pero ella no venía a quitarle tiempo sino a regalarle la eternidad.
NiñoCactus

5 comentarios:

balamgo dijo...

Una buena enseñanza. Con réplica de solidaridad.
Saludos.

David Baizabal dijo...

Qué buen micro, el mejor de los 4.

Saludos

Elchiado dijo...

Aunque la eternidad le vino tan grande... que prefirió seguir dándole cuerda a su lujoso reloj (ignorando que el tiempo estaba empezando a cansarse de girar en esa lujosa esfera sin detenerse a descansar un rato...)

NiñoCactus dijo...

Balamgo: siempre hay cosas que aprender, incluso en el último minuto.

Baizabal: muchas gracias. Es mi preferido junto con el de Declaración. Un placer verle por aquí.

Chiado: a fin de cuentas, cada uno intenta elegir su propia eternidad... ((abrazo de segundero))

Citlalinushka dijo...

No cabe duda que solo tenemos hoy. Me acordé del capitán Hook y su terror al tic tac del tiempo que se va. Un placer venir a saludar y a disfrutar de sus historias.