No dije que lo sabía. Dije muchas otras cosas, la mayoría invenciones. Imaginaba lo que ellos querían oír, y yo se lo contaba. Era más fácil. Creerlo, digo. Era más fácil de creer que la verdad. Hasta yo mismo llegué a convencerme de que había ocurrido así. Porque lo cierto, en algunos casos, no lo quiere saber nadie.
NiñoCactus
11 comentarios:
mitomano.
Muchas veces es mejor callar a pesar de que sepas que la razón está contigo.
Saludos
El juego es más infantil cuando uno se hace mayor.
Blogsaludos
Gracias por tus comentarios en el VENDAVAL DE MICROS, Niño Cactus. Te linkeo desde mi página para seguirte la pista.
Un abrazo,
PABLO GONZ
http://pablogonz.wordpress.com
Así es, lo cierto, en algunos casos no lo quiere saber nadie. Como decía Serrat en una de sus canciones No es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.
Un saludo
¿Estas palabras no estarán sacadas de algún pre-mitin político evocado?, porque podrían... perfectamente...
Un abrazo
Éste me ha encantado... Me ha evocado una escena de una película suiza poco conocida por estos lares, pero que le recomiendo: "Las chicas de la lencería" (el título es un poco engañoso, le aviso...).
Un abrazo de verdad ;-)
mentir para quedar
un poco más cerca de este mundo...
aunque se pertenezca a otro
abrazostibios
Razón no le falta, a veces la verdad es más parecida a una mentira, y es más creible lo contrario. Sin embargo apuesto por la verdad aunque cueste creerla.
Un saludo!
Qué gran verdad!
Aún así, hay quien no sabe, no quiere o no puede mentir.
Saludos!
ni de reojo pues.
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