Mientras recojo mi destino del frío suelo de la cocina, siento como el último hálito de vida se escapa de mi cuerpo. Toda mi existencia perdida por nada: la búsqueda de la flor de araisai, las negociaciones con aquel gurú para conseguir el frasco de los vientos, el asalto a la fortaleza del sultán de Atsael, donde se custodiaba el cuerno del primer unicornio... Mi gran esperanza arruinada por el maldito gato que tuvo que volcar el caldero justo antes de que estuviese lista la pócima de la eterna juventud. Si ya lo decía mi madre: “Da igual que seas bruja, los gatos negros siempre han traído mala suerte”.
NiñoCactus
4 comentarios:
jejejeje, me gusto mucho la idea. Pero, creo, que terminar el cuento con una frase de éstas das demasiadas pistas al lector, deberias ser más sugerente.
de todos modos, enhorabuena por la idea y por fomentar el genero.
jejejeje, me gusto mucho la idea. Pero, creo, que terminar el cuento con una frase de éstas das demasiadas pistas al lector, deberias ser más sugerente.
de todos modos, enhorabuena por la idea y por fomentar el genero.
yo abro para ell ami frasco de los vientos...
no es todo pero es algo,
cosa que la muerte nos refresque entre los gatos
no es cierto no dan mala suerte!
:)
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