jueves, 20 de febrero de 2020

La biblia del fútbol

En el último minuto, el equipo de los jinetes se hizo con el esférico y avanzó hacia la portería contraria, regateando sin problema los píos ataques de la defensa. El jinete pelirrojo chutó a puerta como un cañonazo. El guardameta apenas se levantó del suelo y, mientras el balón entraba por la escuadra, se escuchó un tintineo. 
—Joder, Pedro, ¡las llaves! —le gritó Gabriel dándole un empujón. 
—Es por la imagen —respondió el portero agarrándole del brazo. 
Al final hubo que separarlos y recordarles que se trataba de un amistoso. 
El míster, preocupado, mascullaba en el banquillo: 
—Ya podéis entrenar para el Juicio Final.