viernes, 20 de julio de 2012

Alumbrar lo cotidiano



            Martín tiene ojos de estrella porque se pasa las noches mirando al cielo.
            En el pueblo, todos hablan de él.
            –¿Cuándo sentará la cabeza este muchacho? –se preguntan. Pero al cruzarse con Martín, nadie es capaz de decírselo. Se quedan mudos, perdidos en su mirada, llena de instantáneas luminosas. Y cada cual encuentra una imagen especial para sí.
            En los ojos del joven, la maestra se ve montada en una motocicleta, recorriendo a toda velocidad carreteras llenas de curvas entre montañas escarpadas. El panadero demuele edificios inútiles y los convierte en jardines llenos de naranjos y margaritas indecisas. La mujer del lechero toca las campanas de la iglesia, componiendo sinfonías con su repique melodioso. Y el posadero se descubre como avezado constructor de ascensores para subir a las nubes.
            Martín es hacedor de sueños y no quiere guardárselos para él.
            Por eso, en el pueblo, la maestra vuela con su bicicleta camino de la escuela; el panadero añade un poco de agua de azahar a la masa de los molletes; la mujer del lechero hace tintinear las botellas durante los repartos; y el posadero pone doble de espuma al servir la cerveza.
            Allí, todos los vecinos poseen un pedacito de estrella, aunque la mayoría ni se lo imagina.

NiñoCactus

Gracias a Clara Varela por permitirme participar en su proyecto,

10 comentarios:

Elisa dijo...

Qué poético relato para una hermosa ilustración.

Unknown dijo...

Genial el relato. Preciosa la ilustración.

Diana Toledano dijo...

La ilustración de Clara es preciosa, como todas las que hace ella, y tu cuento es de los que apetece releer porque dejan buen sabor de boca.

Miguelángel Flores dijo...

Qué maravilla, NiñoCactus. Está lleno de imagenes preciosas tu micro. Que necesidad de Martines hay ahora mismo. Creo que se nos está oxidando la maquinaria de soñar, de tan constantes que nos mantine la situación, los pies en el suelo. Por eso, ha sido un placer leerte.
Abrazos.

Enmascarado dijo...

Qué bonito, me gustó más la segunda lectura.
En muchas ocasiones leemos tan rápido que no percibimos ni a mitad de las cosas bonitas que esconde la vida.
Todos somos soñadores, solo que unos pisan más firme mientras que otros sueñan nuestros sueños.

Saludos

Ester dijo...

Martín es diferente porque es generoso, cualidad que desconocen los demás y que tienes tu al compartir con todos tus relatos, este es muy bello, permite soñar con los ojos vueltos al cielo con la confianza de que al bajarlos podremos descansarlos en la paz de la ilustración.
Saltos y brincos Ester

Puck dijo...

Es precioso!!!! Creo que un día me crucé con Martín y soñé que era jardinera :-)
saludillos

Cortacuentos dijo...

Bonita ensoñación en forma de microrelato. Acompañada de la música resulta todo un regalo.

Gracias por el mismo.

Una perta.

Elysa dijo...

Una precios ilustración para un relato lleno de poesía y buenas vibraciones.

Besitos

anis dijo...

ojalá conociese a un Martín :)