miércoles, 23 de abril de 2008

Carmen

Siempre tiene las ventanas abiertas. No importa que haga sol o que haga lluvia, no importa que el frío duela en las orejas o que el viento cierre las puertas mientras juega. De hecho, esos son sus días preferidos, aquellos en los que el aire lo mueve todo y arranca las hojas muertas de los árboles, y hace bailar las bolsas de plástico, y desordena los papeles de la mesa…

A mi vecina, Carmen, un día se le escaparon todas las risas de golpe. No recuerda si salieron por la puerta sin despedirse o si se las tragó el sumidero de la cocina. El caso es que ahora es mayor y está sola, y ya no se le acumulan alegrías debajo de los radiadores, ni cubriendo los libros del mueble, ya no caen dentro de la sopa ni se pegan en el espejo de la habitación.

Por eso me grita que ventile. Lo grita a través del patio cada nuevo día: Abra las ventanas… Luego se sienta y espera a que un soplo de viento arrastre alguna risa hasta su casa. Una tan sólo, aunque sea pequeñita, que le haga sonreír.

Niñocactus

8 comentarios:

Ning1 dijo...

Ay que juego nos dan esas vecinas ancianas... Nos dan guerra, pero luego nos sacan la ternura fuera...

Un beso de libro (en su día)

Cecilia Varela dijo...

a mi me llegó una sonrisa

Anónimo dijo...

qué ternura...

depeapa dijo...

Siempre tienen la música puesta. En cuanto abren la puerta toda la escalera huele a marihuana. Son adolescentes y viven un montón en un cuarto ó igual no viven aqui y usan el piso de abajo de local...
Mis nuevos vecinos albaicineros no me sacan ternura alguna...
Muy lindo el cuento...

aitana carrasco dijo...

mis vecinos están tan lejos... aunque viven justo al lado de mi corazón. A veces abro las ventanas, pero no los veo. Otras, cierro los ojos y están ahí.

Potter dijo...

Que tierno, ojala que eso no me pase a mi, me gustaría pensar que viviré mi vejez en los aleps suizos, con Heidi y Pedrito.

Isrra

Anónimo dijo...

Si es que la sabiduría popular ya decía eso de que la risa es contagiosa!!! :)

NiñoCactus dijo...

Pues yo no sé cuál de las dos vecinas da más guerra Juan, que la mía, después de una temporada tranquila, ha vuelto a la carga con sus manías de abrir las ventanas... (creo que, de nuevo, ha dejado la medicación)
Y sí, no voy a quedar de bueno y tierno que, de vez en cuando, esa mujer puede con mi paciencia (ahhhhhhhh)...
Vivan los cuentos como terapia.
Besos con nata
Niñocactus
(Me encantaron los comentarios)