Ardexe recogía sus pertenencias para marcharse lejos de Volverin.
Era algo que había hecho miles de veces a lo largo su existencia. Pero por vez primera en toda su vida, lo hacía con lágrimas en los ojos. Por primera vez, después de mil años, Ardexe lloraba.
Sentía que con su marcha rompía algo de su interior, algo que quizás nunca podría encontrar en otro lugar. Aún así, no quería ser reconocido como lo que era y por eso, aunque con sus pasos alejara su vida del único lugar en que realmente había sido feliz, Ardexe sabía que debía marcharse.
Lo que Ardexe no recordaba es que no todo Volverin dormía durante el día. No pensó en el único habitante que, a escondidas, mientas todos dormían, disfrutaba de la luz del sol.
Por eso, por primera vez en su vida, su marcha no fue un secreto.
Así, cuando enfiló el camino que lo alejaría de Volverin, se encontró, de nuevo, con la figura de Lucas. Esperándolo, en mitad de su camino.
El segundo encuentro entre el niño y la persona más anciana sobre la faz de la tierra, duró apenas unos minutos. Lucas le contó como atraído por una extraña luz había entrado en su cuarto y como había visto, en mitad de un fuerte ronquido, a un lucero escapar por su boca y volar, lo más rápido posible, en dirección al cielo.
Ardexe no tuvo ni un segundo de incredulidad. Al momento comprendió que era él el causante de la desaparición de la estrellas. Además, con esta revelación consiguió entenderse a sí mismo. Su melancolía, su necesidad de buscar su hogar, su tristeza… En un instante todo tuvo sentido.
Comprendió que había sido el poseer todas las estrellas del firmamento lo que le había permitido tener una longevidad tan extraordinaria.
Al mismo tiempo supo que dejarlas escapar, devolverlas al cielo, supondría su propia muerte.
Ardexe tardo sólo unos segundos en tomar una decisión. Después, con un beso en la mejilla, se despidió de Lucas. Cogió sus maletas y volvió sobre sus pasos. Se acostó en el lecho. Dejó que el cansancio lo alcanzara y regaló, con su sueño, una nueva estrella al pueblo de Volverin.
Así lo hizo día tras día y año tras año. Con cada estrella, con cada regalo, iba acercándose progresiva y voluntariamente al día de su muerte.
Muchísimos años despues, el día en que la última estrella salió por su boca, desde su corazón hasta ocupar el último hueco del cielo, Ardexe murió.
Esta estrella fue la única que no huyó lo más rápido posible del cuerpo del que había sido, durante siglos, su captor. Tardó varios minutos en salir de la habitación. En ese tiempo arregló el cabello de Ardexe y suavizó su rostro y sus brazos. Dejó su cuerpo en tal estado de paz, que quién lo encontró la noche siguiente, aseguró que parecía como si antes de morir lo hubiera tocado una estrella.
Después subió y subió hasta ocupar un sitió en el firmamento. Y cuenta la leyenda que eligió uno muy especial. Decidió ser la estrella que marcara siempre el norte. Ayudando así a todos los viajeros que, al igual que Ardexe, vagan por el mundo buscando su hogar.
5 comentarios:
Y fin...
Espero que salvando los plazos de entrega (eso me pasa por optimista y empezar a ponerlo teniendo las semanas que tenía por delante), os haya gustado, ¡o por lo menos alguna de las partes! (que son 9, alguna habrá caido ¿no? :p )
Para la semana que viene, puede que tenga más dibujos de Patri (prometo suplicarle lo que haga falta :p)
Y... me voy de fin de semana especial, que mi abuelilla se ha plantado esta semana en 80 tacazos y lo celebramos toda la familia ¡Pasadlo bien!
hola soy el crítico!jaja. el final ha sido muy bonito.
sigue escribiendo que de verdad eres bueno!
agur.
...la espera ha merecidísimo la pena! Me ha rechiflado!! no sé, es una historia llena de magia...
...y como bien dices, para mí es un auténtico placer sacar un ratito del día para dedicárselo a los cuentos; es como eso que leí que dice "un mate es como un punto y aparte. Uno lo toma y después se puede empezar un nuevo párrafo"...pues con vuestros cuentos igual...
Besiños fugaces!!
Ha valido la pena la espera. Una historia bonita con un final bonito. ¿Qué más puedes pedir?
Se me había olvidado felicitar a Patri por los dibujos. Muy bonitos y apropiados. ENHORABUENA también.
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