Terminaba su turno de trabajo a las cinco de la mañana. Todos los días el mismo camino de vuelta: el más seguro, el más corto, el de siempre… Le gustaba sentir el letargo de los edificios, la quietud de las farolas. Observador al paso.
Una noche se detuvo atraído por la luz que salía de una habitación insomne. Hacía semanas que aquel ventanal le distraía en su paseo nocturno. Allí, inmóvil, imaginó a una joven escribiendo una carta que jamás enviaría, a una hija velando a su madre, a un despistado que había salido de viaje…
Durante meses realizó suposiciones. Algunas le parecían convincentes, otras le llevaban a un absurdo tal que acababan por arrancarle una sonrisa. Cuando su imaginación agotó todas las posibilidades cruzó la calle y apretó el botón del interfono. La puerta se abrió sin preguntar. No entendía por qué no llegaba la duda o el miedo mientras subía por las escaleras. Arriba un viejo lo esperaba. Comenzó a contarle su historia… Toda su vida había viajado sin encontrar. Siempre buscando. Tan sólo estaba seguro de lo inmediato, con la ausencia de un camino que se borraba y dibujaba en cada jornada. Llegó un momento en que sus fuerzas se debilitaron. Sus pies, antes ligeros, se agarraban ahora a la tierra sin querer soltarla. Así que decidió buscar un lugar donde instalar un faro. Un faro para buscadores. Repitió las últimas palabras…
El joven se despidió. Bajó las escaleras encontrando las dudas y el miedo que antes se habían escondido en la sombra. Salió a la calle.
Pasó el tiempo y la luz de la ventana acabó por consumirse. Supo entonces que el viejo, por fin, había encontrado su camino. Ahora le tocaba a él encontrar el suyo. Cerró los ojos para sentir el letargo de los edificios, la quietud de las farolas.
Niñocactus
4 comentarios:
Me ha gustado mucho este cuento!!!!
el principio tiene un aire a la peli " Mil ramos de rosas". Quizá un poco ñoña romanticona pero a mi me encanta...Es un buen principio para cualquier historia, y me ha gustado como has desarrollado la idea.Fijate que estoy por empezar a dar paseos nocturnos..si no fuera porque vivo en la ciudad española con más delincuencia :)
Muy bonito. Y muy bien desarrollado. Me ha encantado.
Me ha encantado. Un de los cuentos más bellos que he leido en este blog.
Gracias por el regalo
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