Pues no deja de llamarme la atención, la verdad, porque hace muy poco, visité a un amigo que vive en un piso catorce. Apuramos dos Riojas y un Ribera, creo (copas aparte) Y al marcharme, el ascensor había dejado de funcionar (o no logré atinar en el botón), de modo que mientras bajaba las escaleras tuve que tranquilizar a todos los que me llamaban por teléfono con tono desesperado en su voz. Al tercer día salía por el portal del bloque, sin nada de batería en el móvil.
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Pues no deja de llamarme la atención, la verdad, porque hace muy poco, visité a un amigo que vive en un piso catorce. Apuramos dos Riojas y un Ribera, creo (copas aparte) Y al marcharme, el ascensor había dejado de funcionar (o no logré atinar en el botón), de modo que mientras bajaba las escaleras tuve que tranquilizar a todos los que me llamaban por teléfono con tono desesperado en su voz. Al tercer día salía por el portal del bloque, sin nada de batería en el móvil.
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