Al pensar en el refranero, una inquietud me invade el estómago. Aquí estoy, preparando mi tercer fin del mundo como si tal cosa. En realidad no hay nada mejor que normalizar lo insólito. Bueno sí: maravillar lo ordinario.
Mi primer fin el mundo tuvo lugar con el cambio de milenio. Nostradamus poseía un buen curriculum de profecías, y no era fácil bromear con ello. Recuerdo que lo pasé con Isabel, mi pareja de entonces. Estábamos locamente enamorados, y convencidos hasta el tuétano de querer pasar juntos toda la eternidad. De hecho, nos aterraba la idea de morir separados y no conseguir encontrarnos en el más allá. Pero la vida siguió, y nuestra eternidad duró exactamente dos años y ciento ochenta y tres días más. Incluso me atrevería a asegurar que, al final, se nos hizo un poco larga.
Mi segundo fin del mundo fue menos serio. Lo auguró Esteban, el portero del edificio, y carecía de las distinciones del astrólogo francés. Según sus cálculos, el 6 de junio de 2006 se produciría la llegada del anticristo. Nos llenaba los buzones de cartas apocalípticas, y el último día nos prohibió usar el ascensor porque era la puerta de entrada al averno.
Mi segundo fin del mundo fue menos serio. Lo auguró Esteban, el portero del edificio, y carecía de las distinciones del astrólogo francés. Según sus cálculos, el 6 de junio de 2006 se produciría la llegada del anticristo. Nos llenaba los buzones de cartas apocalípticas, y el último día nos prohibió usar el ascensor porque era la puerta de entrada al averno.
Natalia, mi pareja en ese momento, también estaba convencida de querer pasar el resto de su vida, o de su muerte, a mi lado. Por supuesto, no ocurrió ninguna catástrofe en la fecha en cuestión. Aunque he de reconocer que no hay nada mejor que amarse como si fuese la última vez.
En esta ocasión, toda la vida también tuvo fecha de caducidad provocada por una beca de investigación en los Estados Unidos, y un jefe de laboratorio muy entregado a la ciencia.
Y hoy, mientras enciendo las velas y me pregunto si el fin del mundo no estará esperando a que yo encuentre a la mujer de mi vida, pienso en Ángela y siento que es la definitiva. Sí, no hay duda, ella es mi alma gemela. Entonces me acuerdo del refranero y me entra de nuevo el hormiguillo. Bueno, todavía me quedan unos minutos para encontrarle alguna pega a la chica perfecta.
NiñoCactus
16 comentarios:
Me gusta la similitud entre fin del mundo y fin del amor, es una buena analogía. Y la frase "maravillar lo ordinario", me ha encantado, me la apunto ;)
¡Gracias por participar!
A la tercera va la vencida, :-), ¿se acabará el mundo o le durará la muchacha para siempre?
Un buen cuento para amenizar la espera.
Besos desde el aire
El amor, el mundo, la vida... ¿no es lo mismo al fin y al cabo? ;) Buen relato.
¡CADFDM leído!
Todos los fines dan lugar a nuevos principios. Que maraville lo ordinario y se quede con esta última chica que es estupenda.
Besicos
Ay, qué fin del mundo más tuyo, lo de maravillar lo ordinario me hizo pararme, me encanta!!!!
Me gusta mucho el relato, la vuelta de tuerca al fin del mundo, y si no, será que esta es la definitiva.
Besazos
Que pena un decorado nuevo y tan bonito para el fin del mundo, si es que las cosas no duran nada.
Abrazos
Precioso mini cuento de desamores y finales que desembocan en nuevos principios. Estoy deseando que venga la cuarta apocalipsis para que lo continues.
Un abrazo sin finaaaal....
Qué bueno. Como a todos, me encanta que maravilles mi vida ordinaria.
Besos de fin de mundo,
Si es que, al fin y al cabo, el fin del mundo depende de cada uno y de sus mundos. Buena racionalización.
Abrazos póstumos
Yo creo que le dará tiempo de vivir unas cuantas profecías más, y por lo visto unas cuantas parejas más...
Me ha gustado.
Un saludo.
Muchas gracias por este nuevo regalo!
Estrenando cabecera!
Y como no ha llegado el fin del mundo, creo que esta no será la chica definitiva para el protagonista.
Saludos van!
Qué bueno, NiñoC. El personaje del segundo fin del mundo es genial, con su ascensor y todo.
Un abrazo,
Bueno, creo que aún puede quedarme unos cuantos fines de mundo. Me gusta como lo has contado y me parece de una belleza muy tierna.
Besitos
Me encanta este fin del mundo amoroso y me quedo con ese maravillar lo ordinario que es taaannnn tuyo. Felicidades por este texto. Nos seguimos leyendo en el 2013.
saludillos navideños
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