miércoles, 9 de marzo de 2011

Pros y contras

Con este amargor tan extraño que dejan los besos no dados, viví hasta cumplir los veintiocho. Una extraña maldición impedía que mis labios se juntaran con los de otra persona. Justo en el instante previo al ansiado roce ocurría la catástrofe: un ataque de hipo, una espina imposible clavada en la garganta, una risa violenta como un golpe de tos... Por eso no me importa que tus caricias me den calambre, mientras me quede el dulce sabor de tu lengua.

NiñoCactus

9 comentarios:

Unknown dijo...

Originalísimo y de una redacción impecable

Bravo!

Un abrazo

Rosa dijo...

Maldita maldición. Que sería de nosotros sin esos besos sabrosos.
Precioso

su dijo...

¡Qué bueno NiñoCactus, me encantó!... siempre dejándome sorprendida cada vez que te leo.
Un abrazo admirado ;)

Maite dijo...

Me ha gustado mucho como has arrancado con la frase, te has salido un poco del guión preestablecido, lo que no era fácil. Buen intento. Un abrazo.

F dijo...

Me gusta más estevque el de la despedida. Es más lírico, más tierno...

Unknown dijo...

Hay cosas por las que merece la pena esperar...

Elchiado dijo...

el viejo truco de los labios retráctiles... mmmmm... siempre hay un antídoto para toda maldición.

Un abrazo con brazos

doña tetera dijo...

gracias por enlazarme, me encantan los textos y tu blog. Pasaré por aquí a menudo. Saludos

Elisa dijo...

Je, je, del mal el menos.