Una semilla en esta tierra desolada hizo brotar un arbolito en mitad de la polvareda. Entonces, llegó el realista con su hacha de talar imposibles.
- No es factible que algo crezca en este lugar.
Y mientras levantaba el arma para asestar el primer golpe, apareció el soñador cargado con abono de esperanza.
-¡Para! –gritó-. Este árbol alcanzará el cielo, y dará semillas de todas las especies, convirtiendo este paraje en un paraíso.
-Estás equivocado y lo sabes – respondió el realista dando media vuelta.
Allí quedó el soñador preguntándose qué es más que el paraíso. Pues es sabido que en los sueños se yerra por defecto, y nunca por exceso.
NiñoCactus
5 comentarios:
Y que seria del mundo sin sonadores... Y de las semillitas sin tierra saludos. Con los ojos cerrados.__ ><__
Muy buen micro, muy buen intento para ReC, muy buena reflexión. Me quedo sobre todo con la frase "Entonces, llegó el realista con su hacha de talar imposibles" Un abrazo.
por favor, si alguna vez publica un libro,
avíseme rápido!!!!
Le voy a poner un enlace con un relato que leí hace poco:
http://www.paulownia.ws/paulownia/JEAN%20GIONO_el%20hombre%20que%20plantaba%20arboles.pdf
Me gustaría mucho que lo leyera si aún no lo ha hecho. Le va a gustar.
Un abrazo (im)posible
Me ha encantado, realmente lograste una parábola. excelente.
Saludos
el realista siempre tocando las narices
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