sábado, 11 de abril de 2009

... Y ahora

En la puerta había una gorra negra, la misma que llevaba el día en que nos conocimos. La colgaba del picaporte del cuarto para que supiese que aguardaba dentro. Yo la miraba y sonreía, y no le hacía esperar. Luego perdió esa costumbre. Los años, poco a poco, nos fueron robando todo menos la esperanza... Ahora sonrío y siento que está al otro lado, aunque soy yo quien la deja en la manilla.

Niñocactus

4 comentarios:

Mónica dijo...

Me alegra reencontrarme con tus letras. Feliz con paseos al sol, lluvia y buenos momentos que traigo en la bolsa de viaje. Un abrazo

Atenea dijo...

El esperaba que ella se acordase de colgar la gorra y que no se olvidara que él que la seguía esperando, aunque no se lo dijese.

anis dijo...

el tiempo a veces lo estropea todo...o somos nosotros?
:S

NiñoCactus dijo...

Mónica: qué suerte llevar una bolsa llena de buenos momentos. Yo le deseo a usted dulces atardeceres de primavera.

Atenea: en el fondo se hicieron cómplices de su propia historia ;)

Fantasmita: digamos que el tiempo lo cambia todo... Somos nosotros los que pensamos que lo estropea. :P