miércoles, 4 de febrero de 2009

Escena

El hombre sin sentimientos estruja, con un movimiento pausado y metódico, el final de un cigarrillo contra el fondo del cenicero. Después pide la cuenta, paga los dos cafés y, con paso lento y firme, sale por la puerta sin despedirse de su acompañante.

El hueco que ha dejado tarda en adaptarse a su ausencia. Durante unos minutos, en el lugar que ocupaba los colores parecen más turbios y las fronteras que separan unos objetos de otros se antojan torpes borrones en lugar de finas líneas.

El espacio vuelve a la normalidad lentamente, al ritmo con que María recorre con sus dedos, despacio, las muescas que el tiempo ha ido dejando sobre la mesa de madera.

Trascurridos unos minutos el bar vuelve a estar en paz.

En ese momento la puerta se vuelve a abrir. El hombre sin sentimientos entra y con paso rápido y firme recorre los metros que le separan de la mesa donde estuvo sentado. Recoge una cajetilla olvidada y, sin mirar nunca a María, vuelve a salir.

Ella no lo aguanta más y, empequeñeciéndose en la silla, rompe a llorar.

5 comentarios:

Cecilia Varela dijo...

Maravilloso relato. Me dio que pensar que María ya se habia ido antes de ahí, mucho antes que él se fuera... no se por qué
saludos!

anis dijo...

no merece la pena sentirse pequeña,sólo lo pasa mal ella porque lo demás no es tan importante como ella misma, que sonría y entonces él la mirará y se sentirá mal, peor y ella mejor.

rojo dijo...

y si le quitas el final, es verdad que no importa mucho si ella llora o no, por lo demás maravilloso el cuento...besos

Mercedes De La Jara dijo...

Que maravilla. Me da un poco de escalofrios esto de encontrarme en tus palabras tan seguido...es como si escubieras sobre mi, como si me escribieras a mi. Sus relatos se han vuelto casi impresindibles para mi. Saludos !

Ning1 dijo...

Hola, siento mi desconexión, menos mal que está Niñocactus al pie del cañon...

Cecilia: uuummmm la verdad es que no se me había ocurrido que diera esa impresión el relato, espero que no le haya pasado a mucha gente, jejeje

El fantasma: Me gusta mucho ese punto de vista, gracias por el consejo a María, espero pueda leerlo.

Rojillo: ¡Siempre me andas recortando los relatos! Tengo mis dudas, una vez que se ha leido puede ser que sobre, pero sin ese final ¿no se quedaría corto? No se si me he explicado... Esta semana te invito a comer y lo debatimos.

mercedes de la jara: muchísimas gracias por el comentario, en el siguiente relato, procuraré escribir sobre tu parte alegre :p

Besos a todos!

ning1