Yo soy él y él lo sabe. Desde este punto de vista me encuentro incapaz de entender mis sentimientos o, mejor dicho, los suyos. Ni siquiera comprendo las palabras que escribe con mi mano. Se las entrego. Asiente callado y, con la misma letra, realiza anotaciones.
Su tranquilidad oxida las vigas de mi inquietud. Camino descalzo con pasos de extraño.
Ayer se lo confesé: “Sé que me amas”. No dijo nada. Me subió el haloperidol.
Niñocactus
1 comentario:
escalofriante
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