La última alma humana olvidó, por un instante, que estaba sola. Quizá fue el olor a azaleas colándose desde el jardín, o la luz del sol al entrar cálida por la ventana, o simplemente el deseo. Uno que, de puro intenso, se hizo real durante unos segundos. Lo suficiente para soportar seguir existiendo en aquella completa soledad.
NiñoCactus
NiñoCactus
4 comentarios:
La soledad esa extraña compañera que hace que a veces nos sintamos a gusto y tranquilos y otras nos asoma al abismo.
Usted no está solo :D
y ahora mientras releo su entrada suena en su blog la música de "Piedras", que me lleva al "monólogo de Leire" que mejor banda sonora para pensar en la soledad.
Hay una soledad que nos encuentra encerrados, chiquititos, adentro de un caracol y otra que nos reencuentra con nosotros mismos y nos permite disfrutar del olor de las "azaleas".
Me encantó tu escrito.
es bueno estar solo.
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