Un honor poder colaborar con Inés Vilpi
viernes, 24 de febrero de 2012
La puerta de atrás II
Un honor poder colaborar con Inés Vilpi
La puerta de atrás
Margarita Chicaiza procedía de una familia noble venida a menos. Al morir el padre, tan sólo le quedaba ya la vieja mansión de la colina, y éste la había dividido entre sus dieciocho hijos.
Al hermano mayor le correspondió el salón de festejos, adornado con lámparas de fino cristal y cuadros de gran valor. Al segundo descendiente le tocó el comedor, con la enorme mesa de caoba y los candelabros de oro. El tercero sonrió cuando supo que había heredado la biblioteca, llena de volúmenes originales de un precio incalculable. Poco a poco se fueron acabando las habitaciones, y cuando le llegó el turno a Margarita, la más pequeña de todos, tan sólo quedaba la puerta de atrás.
–¡Qué suerte he tenido! –pensó ella, mientras el resto discutía sobre aquel reparto injusto–. He recibido la entrada que siempre me condujo a mis juegos.
NiñoCactus
jueves, 23 de febrero de 2012
Pérdidas
NiñoCactus
viernes, 17 de febrero de 2012
La luz
La que siempre lucía antes de que los bombardeos acabasen con él; la que, generación tras generación, había devuelto los marineros a tierra, a los brazos de sus mujeres y amantes... La luz que recordaba dónde hallar el pueblo cuando la noche convertía la mar en un abismo.
Dicen las mujeres que, desde que destruyeron el faro, ningún hombre de la aldea volvió a enamorarse por temor a no encontrar un día el camino de vuelta. Las relaciones se volvieron mecánicas, aprendidas, con el cariño justo para vivir cómodos sin echar de menos... Y nadie se quejaba porque así tenía que ser. Ni siquiera Carmen, que, en silencio, encendía cada noche una tea en su ventana.
NiñoCactusdomingo, 12 de febrero de 2012
Versiones
–¡Pero así no era el cuento! –protesta la madre.
–Así es ahora –replica el niño, harto ya de interrupciones.
–¡No! Jack tenía que salir corriendo para no ser atrapado...
–Claro, esa era la historia del niño. En ésta es la madre la que sube por la planta de judías. Y si no te gusta, ya verás cuando oigas la versión de Caperucita.
NiñoCactus
miércoles, 8 de febrero de 2012
El del ático
NiñoCactus
viernes, 3 de febrero de 2012
Ella
Más de una vez me dijo que desconfiase de las rubias de los calendarios: «Esas mujeres no existen en la realidad, cuando las ves ya sabes que tienes un pie en la tumba».
Aquella tarde, cuando ella entró en local, se supo perdido. Ni siquiera le dio tiempo a desenfundar. Yo estaba a su lado y juro que la vi reflejada en sus ojos, pero en la puerta sólo había uno de los matones de Flatwood.
NiñoCactus