Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura se transformó, de pronto, en una monstruosa araña de pelaje gris marrón. De sus orejas emergieron dos patas velludas, y otro par debajo de las costillas. Sus preciosos ojos azules comenzaron a oscurecerse y a multiplicarse, reflejando en su superficie el rostro aterrado de la muchacha...
Cuando su padre terminó el cuento, la pequeña estaba completamente tapada por la sábana.
-Hay que ver cómo crece –le susurró a su mujer al acostarse-. Pero no te preocupes, ya voy poniendo remedio a las pequeñas dificultades que puedan venir.
NiñoCactus
9 comentarios:
Jajaja! miedo me dan esos cuentos adaptados. Un saludo de vainilla merengada
me ha ENCANTADO...!!!
me hubiese gustado que papá y mamá tomen esa metodología...
Muy bueno, Niño, me gusta.
Un padre sabio y benévolo. Son tan crueles los que siembran en sus hijas falsas esperanzas!! Además, seguro que un monstruo peludo de mil ojos tiene mucho más que aportarnos que un insípido príncipe azul.
¡QUE BUENO!
¿No sabe ese padre que las niñas sueñan con jóvenes monstruos rebeldes que no las convienen nada de nada?.Por mucho que lo intente la niña crece....
saludos
Hay que padrecito más maquiavélico. Un buen micro, Niño, me gustó.
Abrazos fuertes y nos vemos pronto,
PABLO GONZ
joer, como ha cambiado el cuento! XDDD
Papá, papá, cuéntame...
un chiste porfa...
Un abrazo
una monstruosa araña macho para una preciosa monstruosa araña hembra
;)
Hay que ver, Niño Cactus, un buen tiempo sim pasarme por aqui y ya florece con historias como ésta. Preciosa y redonda. Una delicia.
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