miércoles, 11 de abril de 2007

El lenguaje del abanico

Desacompasado el abanico en manos de la doncella, mostraba a cada batida una mueca de repugnancia.
Quedaba escondida bajo su tela la tímida sonrisa mostrada.

Niñocactus

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tartamudeaba la pobre al intentar codificar sus primeras palabras....o tal vez estaba rectificando lo que acababa de airear...;)
hetep hena merut-paz y amor