-¿Puedo quedarme con sus juguetes? –pregunto.
Ella, intentando guardar la rabia de la pérdida que aún se le agarra por dentro, asiente con su cabeza pero inevitablemente me los arrebata con sus palabras.
-Claro –responde -, aunque nunca aprenderás a jugar con ellos.
NiñoCactus
5 comentarios:
El dolor vomita crueldad y no controla a quién salpica. Solo duele.
sí que aprenderás!
Me ha gustado porque cuentas sin contar, y abofeteas sin mover un músculo. Y eso es muy dificil
Demoledor.
No es fácil interiorizar lo de "la vida sigue..."
Mucha información en pocas palabras, éso también es difícil.
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