miércoles, 19 de noviembre de 2008

Eternidad

Poco a poco, sobre el fondo azul del cielo, se fue condensando un pequeña nube blanca que la brisa de la tarde acabó arrastrando tras los edificios de la avenida. Las sombras se alargaron, cubrieron todo el suelo y se transformaron al encenderse las farolas. El aviso del cierre del parque despertó del ensueño a los dos jóvenes quienes, acompasadas las respiraciones, habían permanecido en silencio durante horas. Al mirarse nuevamente a los ojos comprendieron que la eternidad no sería suficiente.
Niñocactus

7 comentarios:

Blogadicta dijo...

ohhhhhhhhhhh,me suena me suena jejejeje a algo vivido

anis dijo...

a veces pienso en esos momentos en los que pararía el tiempo, en los que no quieres que se acaben.
Adoro esos momentos.

belula dijo...

Hay momentos en que los silencios se hacen eternos, y otros que pasan volando y desearías que fueran infinitos...jejeje!

NiñoCactus dijo...

Y a veces sólo arañarías un segundo más... Gracias por los comentarios.
Niñocactus

telmo dijo...

¿y se regalaron la vida el uno al otro? ¿se prometieron más allá de la muerte?

(haces que termine tus cuentos con un gran suspiro y un silencio Eterno), GENIAL

Anónimo dijo...

a veces creo haber vivido tantas eternidades...un chas y volaron...tus cuentos me las recuperan.
cesarcor

NiñoCactus dijo...

NiñoTelmo, que sepa que yo soy un gran suspirador...
Se regalaron la vida sin promesas y, a veces, les entra el miedo de que haya un chas y vuele todo...
Gracias César, siempre tienes palabras hermosas. Un placer seguir compartiendo tu sonrisa un año más
Abrazos alargados
Niñocactus