Se había torcido la semana. Fue el Jueves. Se dobló 180 grados y al día siguiente, para desconcierto de calendarios y futurólogos, fue, otra vez, Miércoles.
En ese día redundante, mientras los sindicatos salían a la calle con pancartas y en el Vaticano se discutía si en estos casos había que repetir el santo o buscar uno nuevo para evitar agravios comparativos, yo trabajaba con una sonrisa en los labios. Por la noche volvería a cenar con Irene.
Ning1
8 comentarios:
Eso está bien, hombre, pero tienes que cenar con Irene más veces a la semana, y no esperar a que se tuerza el calendario...
y a fuerza de torcer semanas arrancaron sonrisas!
besos de colgate-palmolive!
qué bonito ning1, besacos
No sé si conoce el tango que dice:
"no habrá ninguna igual, no habrá ninguna, ninguna.... blablablaba".
Luego de haber leído su variación, no me queda más que exclamar: "No habrá Ning1 igual, no habrá Ning1"!
Me saco el sombrero ante usted
J.
Gracias por la visita. No he hecho todavia a Peter y Wendy. Pero los cambiaria gustosa por un cuento personalizado!
Muy bonito!!
Muchas gracias a todos por los halagos, de un bloguero sonrojado.
Esento: Intentaré cenar más con Irene. Sin ir más lejos, empiezo por esta noche :D
Anónimo: Gracias por las sonrisas. Besos de Delyplus
Rojo: Besacos y enhorabuena por esa inauguración como director teatral.
Vértigo: Gracias por el tango de regalo! Pero póngase el sombrero que hace unos calores... (aunque igual por sus tierras ahora mismo no tantos).
Su homónimo,
J.
mamaliga: La visita, en realidad, era de Niño cactus, pero ya me pasé yo por su blog a redescubrir infancias.
depeapa: Muchas gracias de nuevo!
Besos, aún sonrojados, para todos.
Nueva entrada, porfa
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