-Entonces, ¿cómo podemos saber que no es un sueño? -decía Ana mirando fijamente la taza de café.
-Porque en los sueños no existen las dudas. Las cosas son por el mero hecho de ser. No importa lo raras que parezcan. -Andrés estaba totalmente convencido de su discurso y sonreía mientras ella le decía que le amaba.
No le dio tiempo a besarla, el despertador sonó en ese momento. Andrés abrió los ojos preguntándose si Ana realmente le quería o no.
Niñocactus
2 comentarios:
socorro... espero que no fuese entonces cuando Ana puso cara de pócker (que no de as en la manga) y preguntó: "¿Qué?".
Beso de mañana agridulce.
Yo cuando tengo una mañana agridulce me compro un rollito primavera para acompañar...
Me parece que estos dos hablaron a la vez y luego coincidieron preguntando "¿Qué?"
Que toda la vida es sueño...
...y los besos, besos son.
Niñocactus
Publicar un comentario