viernes, 5 de octubre de 2007

Nicolás

Con sus ocho años recién cumplidos Nicolás se caía una vez cada día. Ni una más ni una menos. Todas las mañanas, antes de ir al colegio, acababa con su cuerpo por el suelo.

Por eso, Nicolás, siempre tenía el cuerpo lleno de tiritas y moratones.

Sus padres se preocupaban. Habían recurrido a los mejores especialistas: neurólogos que calibraron su cerebro, traumatólogos que comprobaron la solidez de sus rodillas, otorrinos para valorar su equilibrio… Y ninguno de ellos encontraba la solución.

Buscaban mal. La solución no estaba en su cuerpo. Estaba en su colegio. Y es que, cada vez que llegaba a su clase con una nueva herida y la guapísima profesora, Julia, lo veía, se repetía el mismo ritual.

-¿Ya te has vuelto a caer Nicolás?

- Si seño, al bajar las escaleras

- Ven anda, que te de un beso que lo cura todo.

Y Nicolás sonreía.

11 comentarios:

Ning1 dijo...

¡Perdones por el retraso Lunática! Es que estoy metido en un par de cosas que me llevan un montón de tiempo y escribir, casi, casi no puedo.

Lo que tampoco me ha dejado contestarte en relación al cuento de "el campeón", que tenía ganas. Así que aunque quede un poco caótico, lo hago aquí.

El corredor es un personaje que a mi me causó desasiego mientras escribía. Es capaz de tirar a la basura el entrenamiento de toda una vida para demostrarse superior a los demás. Esa idea de éxito que nos venden todos los días, tener que ser mejor que los demás... da bastante miedo ¿no?

Saludetes y buen fin de semana!

Ning1

Andrea dijo...

No te preocupes por el retraso, a mí me sucede lo mismo. También mi vida está bastante ocupada últimamente y no tengo tanto tiempo y ganas de escribir como me gustaría.

En relación al cuento, comprendo perfectamente lo que dices (me encantó el relato) y estoy de acuerdo. Esta sociedad nos vende la idea de que para triunfar hay que competir con los demás, hay que ser mejor, superior, por encima de todo y de todos... Y al final nos iremos convirtiendo en simples competidores de una carrera ilusoria, incapaces de ver lo que hay a nuestro alrededor y en nuestro propio interior...

Pero no pierdo la esperanza, creo que aún hay personas capaces de ver más allá de ese individualismo obsesionado con el "éxito", y son las únicas personas capaces de cambiar el rumbo...

Un saludo!

Anónimo dijo...

Me gustan los relatas que acaban con una sonrisa.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Me encanta!!!
Has visto El sueño de Valentín? Ayer, después de un montón de tiempo diciendo que tengo que ver esa peli y que nunca se daba el momento, por fin la vi!!! y me imagino a Nicolás como su protagonista, lo más tierno!!!
Un besiño.

Anónimo dijo...

Pero, ¡pobre Nicolás! Y, ¿no habrá otro sistema menos sangriento?

Andrea dijo...

Ay, ning1! Que en mi anterior comentario te respondí al tuyo y te hablé sobre el cuento de "el campeón", y se me olvidó decirte que este último sobre Nicolás me ha gustado mucho!!! (Por cierto, también yo he visto "El sueño de Valentín", como el anónimo que te ha dejado el comentario, y no se me había ocurrido la comparación pero está bien pensada...)
Y otra cosa más, gracias por tu comentario en mi blog, yo también me alegro de haber descubierto este lugar mágico de cuentos...
Un beso!

Ning1 dijo...

Anonimo... ¿a ti no te habrá recomendado esa película niñocactus también? Porque yo la vi porque me la dejó él, ;) . Muy chula, mil veces más que este cuento, la verdad. ¡Gracias por la comparación!

De nada Lunática, tu cuento me gustó un montón (o dos, incluso :p )

Anónimo dijo...

Pues sí, niño cactus fue una de las personas que me recomendó la peli, y como te digo, me ha encantado!!!! igual que tu cuento. Enhorabuena!!
Besiñoooos

Potter dijo...

So sweet !!!me encanta Nicolas, a ver si yo también me caigo para que la gente me trate bien. x x x x x x x from Isrra

Daniel Montero Badilla ;-) dijo...

muy bueno el cuento, me tomé la libertad de agregarlo a mi blog.
http://dmontero7.blogspot.com

Anónimo dijo...

yo quiero un nicolás jeje...
es uno de los mejores cuentos...
me encanta...