De alguna manera el Cielo se aleja. Como si de niños lo aferrásemos con nuestras manos y, llegados a una edad, lo soltamos dejándolo libre.
Mario no quiso. Lo agarró tan fuerte que sus ojos se llenaron de ángeles.
Mario no quiso. Lo agarró tan fuerte que sus ojos se llenaron de ángeles.
Yo sigo visitándolo. Siempre me regala pedazos de nube.
NiñoCactus
12 comentarios:
Bien contado, increiblemente tierno.
Me da que somos unos cuantos que estamos tiernos en septiembre, si.
Una imagen muy hermosa la que muestras.
Yo tampoco quiero soltarlo por eso mando besos desde el aire
Me encantan tus hermosas historias.
Hermosa y sugerente la imagen que provoca tu micro.
Besitos
Alberto, lástima de justa! A mi tu micro me parecía más entendible y tierno. Aunque era una justa difícil. Lo bueno es que escribiste este micro y lo hemos podido leer.
Un abrazo
Es precioso!
Que lástima.
Que tierno y triste.
Sobre todo porque es tan pequeño... aun le quedaban cosas por hacer seguro...
Uf.. que escalofrio.
Besos mediterráneos.
esos ojos llenos de ángeles son preciosos, como todo el micro.
Saludillos
pedazos de nube que hacen de almohadas y ayudan a soñar...
como sus relatos NiñoCactus que ayudan a soñar
gracias por dejarse la puerta abierta entré a dejarle un hola
tanta ternura!!
Tierno y profundo, me encanta. La voz del narrador es perfecta.
Abrazos.
Qué bien lo cuetas, Niñocactus.
Saludos.
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