domingo, 29 de abril de 2012

...Y eso a alguien no le gustó


En un pueblo que se llamaba Visavis, los habitantes tenían prohibido hablar en grupos de más de dos personas. Resultó complejo organizarlo, pero enseguida se acostumbraron a la normativa. Las clases se impartían a un único alumno, quien luego explicaba la lección a otro, y este a otro más. La tienda tenía turnos de diez minutos por familia. Y en el bar se dispusieron reservados para cumplir la ley. Solo los mayores recordaban por qué se adoptó aquella medida, sin embargo callaban por miedo. Excepto la abuela de Emilio, que tenía demencia, y contaba cómo una vez todos se pusieron de acuerdo contra sus opresores...

NiñoCactus

2 comentarios:

Elysa dijo...

Me gusta ese final que lleva al título. Y sí es un buen título porque es real.

Besitos

anis dijo...

madre mía... acabaremos así..