Con nuestro mecánico de confianza empezamos a tener problemas al quedarse en paro. Siguió haciéndonos los arreglos de forma particular. Sin embargo, cuando comenzó con los cursos de formación, las cosas cambiaron.
Primero, tras el taller de repostería monacal, encontrábamos el volante lleno de pegotes de mermelada. Luego hizo otro de interiorismo oriental, y modificó la tapicería para mejorar el feng shui. Pero con el último ha ido demasiado lejos. Ayer se nos apareció Juana de Arco al intentar saltarnos un semáforo en rojo. Y hoy descubrimos un pentáculo bajo la alfombrilla del conductor.
Está decidido: desde mañana, metro.
NiñoCactus
11 comentarios:
Muy bueno, el final, he tenido que buscar pentáculo...
Gracias por la sonrisa.
Más fue el susto de Doña Juana al verse dentro del coche... jejejeje.
Espero de usted alguna entrada de cierto viaje reciente. Un abrazo
Jo que susto!!! Mira que salir Juana de Arco...
Besos desde el aire
Jajaja... Muy bueno. (Me siento identificada con el mecánico. A mi me falta el de repostería monacal, lo pongo en mi lista).
xDDD muy bueno
Si es que cuando está en paro, como tienes que aceptar cualquier curso que te ofrezcan, pue ahí estamos...
Un abrazo.
Es que estaba haciendo prácticas de todos esos cursos.
Y es que los hay con poca paciencia!
Genial micro.
Saludos mediterráneos.
Eso sí que es reciclaje laboral, sí señor. Lo mismo sirve para un cosido que para un zurcido. Pobres de los amigos, que de tan condescendientes se quedan hasta sin coche.
Saludos.
Buen partido le has sacado a la frasecita de marras. Es bueno adornar con una puntita de humor la triste realidad.
Mejor, mejor que cambien al metro que aún le falta el cursillo de cata de quesos, el de relajación y ect... a seber en que acaba esto.
Muy divertido tu micro.
Besitos
Extremos que se nos van de las manos, no hay duda.
Un saludo.
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