sábado, 7 de noviembre de 2009

La sonrisa del frío

El hombre lucía una inquietante sonrisa ligeramente torcida hacia la izquierda que contrastaba con los dos pequeños ojos hundidos en su rostro redondo y blanco. Se abrigaba con un viejo gorro y una bufanda anudada con prisa. Debo confesar que me producía cierta inquietud; como si en cualquier momento fuese a mirarme a mí directamente, en vez de seguir con los ojos perdidos en el otro extremo de la plaza. Pero, ¿y si de pronto girase la cabeza? Entonces lo deseé con todas mis fuerzas, ansié que saliera el sol y derritiese aquel muñeco de nieve.

NiñoCactus

7 comentarios:

Silvana Barbá dijo...

Genial!!!

Gonzalo dijo...

... ya se respiran aires de invierno.
Felicidades por el Relato!

Mónica dijo...

Te dejo una sonrisa de invierno, me gusta leerte. Buena semana y un abrazo

Arha dijo...

pobre señor dela bufanda!
reconsidere sus sentimientos, niñocactus
y dese una gran vuelta en redondo
y verá que lo mira y le sonríe
y con eso solo, se derrite por usted

(como yo con sus cuentos)


abrazos!

Der Kleine Zürcher dijo...

El texto me encanta y me ha vuelto a sorprender, pero usted es un poco cruel, ¿no? ;-)

malena dijo...

que bonito...

telmo dijo...

Si, Der Kleine tiene razón, también me sorprendió. ¿que le hizo ese muñeco a usted?.

Nunca me dejas frío, un abrazo.