El día invitaba a pasear, a salir del encierro de la casa y disfrutar de la mañana limpia y soleada. El cielo estaba más azul que nunca, como un mar en calma de aguas transparentes.
Nadie se dio cuenta de la primera gota de agua, tampoco de la segunda. Sin embargo, la tercera fue a caer en mitad del cristal izquierdo de las gafas nuevas de la señora Josefa, quien miró hacia arriba buscando a algún malintencionado que se hubiese puesto a regar justo cuando ella pasaba. Lo extraño es que, en ese momento, se encontraba cruzando la calle por el paso de cebra.
Sin previo aviso comenzó a llover. La gente levantaba la vista buscando alguna nube, pero el cielo seguía igual de despejado que a primera hora. Tal fue el asombro generalizado que nadie aceleró el paso ni buscó cobijo en un portal cercano. No se abrió ni un solo paraguas ni se vio capucha alguna cubriendo una cabeza.
La lluvia mojaba las caras sorprendidas de los viandantes que se habían quedado parados en mitad de calles y plazas. Unos pocos sonreían, otros buscaban arco iris y los menos cerraban los ojos disfrutando del agua. Lentamente, un grupo de nubes fue apareciendo en lo alto y la gente, al verlas, comenzó a ceñirse las chaquetas, a subir los hombros y a huir de aquella lluvia normal.
NiñoCactus
9 comentarios:
Querido Niño Cactus, tanto tiempo que no dejaba "palabros" por esta vuestra maravillosa casa..y es que parece que aunque tenga los cacharros enfermos para dibujar, la mano también está afectada para no hacer otras cosas, como escribir unas palabricas, un hola, un "sigo aqui"...
Y no puede ser! que por lo menos el teclado funciona a las mil maravillas, y ahora le daré caña, por lo menos un ratito...
Fíjate que he leido detenidamente cada palabra de este relato, porque la lluvia es algo afin a mi (a esta nuestra comunidad gallega), y no la recibimos con esta calma y sosiego, simplemente nos fastidia, no nos sorprende, sólo nos lamentamos y desde la primera gota, echamos de menos el sol, el cielo azul que tan bien describes, porque, el gris nos cubre demasiado tiempo a veces, pero..mañana hará sol, estoy segura, y si no es así, leer vuestros relatos, el tuyo en este caso, será lo más parecido a un dia soleado.
y .... sigo aquí! eh? (aunque no lo parezca)
un bico de gotas
;)
Ninguna lluvia es normal.
Levantemos las cabezas y dejémonos maravillar.
Un abrazo sin paraguas.
Curioso...jejejeje!!!!. A mi eso me ha pasado más de una vez....jejeje!!!
Llovía aquí también en el salón de mi casa mientras lo leía...
Gracias por la lluvia, querido Niñocactus, gracias...
J.
si todo sigue con normalidad la gente actua con su misma y aburrida normalidad, pero si ocurre algo extraordinario la gente pone el pause y disfruta sin pensar que se tendrán que cambiar de ropa o cojerán un catarro o se les estropeara su bonita ropa nueva o sus tan caros zapatos...Porque merece la pena, porque tendrán algo que contar, o simplemente porque se olvidan de todas esas cosas y disfrutan de la belleza de la naturaleza.
como en nuestro orígenes en los que non nos cobijábamos de la lluvia, y estar descalzo bajo ella es genial...:)
Un beso
lluvia con sol...me gusta!
Estas escenas me han sacado una sonrisa azul, como cuando vi por primera vez "Canciones del segundo piso" de Roy Anderson . Esas extrañas sensaciones... me declaro seguidora de sus composiciones muchacho de la piel de espinas!
Cálidos saludos.
qué gusto mojarse
con sus palabras
lluvias sin nubes
agua sin sed
Aurora: deshilaré algunos rayos de sol, y tejeré una manta que puedas usar los días nublados.
Aitana: es un regalo dejarse maravillar por cada pequeño instante. Otro abrazo de chapoteo y charcos.
Belula: entonces, ¿no ocurre sólo aquí? ;P
Vértigo: le deseo una lluvia de sol y mar.
Fantasma: de niños sí la disfrutábamos...
Luciana: y a mí me encantan sus dibujos.
Citlaliniux: apunto la película (he visto alguna escena, y es de lo más extraña). Yo seguiré sus hermosas composiciones. Abrazos azules.
Ahra: sus palabras siempre llenas de vida. Un gusto leerlas
Publicar un comentario