Cerré la puerta sin hacer ruido y fui a acostar a los niños.
-Falta César –gritó Marta -. Se ha vuelto a esconder.
Todos corearon su risita traviesa y me miraron divertidos enfundados en sus pijamas. Pasamos más de una hora buscando al pequeño que siempre me exasperaba con sus constantes travesuras incitando al resto a portarse mal. Desde que llegó las cosas se habían descontrolado en el orfanato.
-Ya está, esta vez se lo ha llevado el Hombre del Saco –sentencié-. Será mejor que nos vayamos a dormir o volverá a por el resto. Ya es demasiado tarde.
Esa noche los rezos estuvieron dificultados por hipidos y sollozos. A mí también me costó dormir pensando en lo que había hecho. Pero, a partir de ahora, no habría más problemas de disciplina.
NiñoCactus
7 comentarios:
Miedos, escalofríos y sudores recorrieron por tú espalda, después de abrir los ojos y comprobar que el hombre del saco se había llevado uno por uno, en silencio, menos a ti, en su saco de los sueños. El único que quedaba para cumplir la disciplina eras tú.
... que genial descubrir como partiendo de una misma frase, se pueden tomar "caminos" tan diferentes, verdad?
Un saludo.
no me gustan esa clase de niños, aveces hay que hacer cosas que no quieres para poner disciplina en un grupo de pequeños monstruitos.
:)
El Hombre del Saco sufre de insomnio y se pasea por la noches... es un pobre hombre... solo busca compañía... pero los niños le temen. Alguien le dio mala prensa, ¿que pasó?. Alguien lo ha visto.... yo una noche me crucé con él, de su saco me dio una manzana... pobre hombre oscuro del saco....
Abrazos
Mi amigo Niñocactus, siempre tan inspiradoras sus palabras.
Un beso sin distancias.
Pd:(tenga cuidado con las burbujas)
Le digo un secreto: he puesto sus palabras en mi bolsillo, no vaya a ser que se pierdan...son un amor...
Atenea: el caso es que yo soy muy responsable, pero no por temor al hombre del saco precisamente.
Gonzalo: ¡Atento! Igual en uno de esos caminos nos encontramos.
Fantasma: creo que hoy me dio miedo por primera vez ;)
Telmo: Preciosa su historia del Hombre del Saco. Usted siempre lo cuenta todo con tanta ternura. Me encantaría conocerle. Más abrazos
Mercedes: Y la distancia se acorta con esos besos... Gracias por sus inspiradoras ilustraciones. Es usted mágica. Más besos para acortar el espacio
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