Se retrasa... Anoche no descansó bien y hoy le cuesta avanzar por la vía. Encima, le añadieron otro vagón sin preguntarle si sería capaz de tirar de la carga extra. El frío le duele en los engranajes pero sólo hasta que su propio movimiento acaba por desentumecer las juntas. Aunque en el fondo, lo que realmente le ocurre es que sabe que me aleja de ti y no quiere. Le pesa la tristeza de los adioses. Siempre es igual, las lágrimas en las estaciones de salida frenando las ruedas. Y luego, poco a poco, acelera y el viento le pega en la locomotora despabilándolo del todo. Y va sintiendo en los ejes el hormigueo de la alegría y los abrazos que anuncian la llegada, el reencuentro.
Niñocactus
14 comentarios:
buaaaaaaa stoi pocha, pero pegandome mucho al teclado puedo escribir, (el hombro no podra conmigo) y sigo leyendote y asi me curo antes.
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Ay... ese tren de la vida...
¡Qué buen texto!
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Ummm....esos viajes....encuentros, adioses....viajes!
excelente!
sonó muy maestra? entonces, muy bien diez felicitado!
Los reencuentros son incómodos al principio y las despedidas terribles y las cargas horribles, maldita vida...menos mal que existe la palabra "alegría" que acabe con las otras tres y, las destruye y les da mil patadas.
:)
Menos mal
:)
los andenes, esos malditos paradojicos, de todos y de nadie, que van a todas partes pero no son ningun lugar, preambulo y colofon al mismo tiempo... nada peor que las despedidas sobre sus lomos, los adioses, los ultimos besos, los por favor no te gires... nada peor que los trayectos en solitario, donde los ramos de flores y los besos en las esquinas, a pie de rueda, nunca son para uno...
(sin embargo, los reencuentros en los andenes, cinematograficos y memorables, son una de las mejores cosas que tiene la vida).
(y estos son todos los acentos que no puse: se descompusieron, andan de rebeldes e independienters y no les da la gana subirse encima de las letras, solo salen asi, sueltitos):
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DespedidAs y ReencuentrOs... la una jamás existiría si antes no existiera el otro... polos opuestos que irremediablemente se atraen para compartir su sabor agridulce... me encanta... o no...
un regalo para vosotros que ois faros:
"Érase una vez un hombre que construía un faro en medio del desierto. Todo el mundo se burlaba de él y lo llamaban loco.
–¿Para qué un faro en medio del desierto? –se preguntaban.
El hombre no hacía caso y seguía callado haciendo su labor. Un día, por fin, terminó de construir el faro. Llegó la noche sin luna y sin estrellas, un espléndido rayo de luz empezó a girar en las tinieblas del aire, como si la Vía Láctea se hubiera convertido en carrusel luminoso.
Y sucedió que en el momento en que el faro comenzó a lanzar su luz, de pronto, surgió en medio del desierto un mar iluminado por un río de luz, y hubo en el mar buques trasatlánticos, pasaron submarinos, ballenas, aparecieron puertos con mercaderes de Venecia, piratas de barba roja, holandeses errantes y sirenas...
Todos se asombraron, menos el constructor del faro. Él sabía que si alguien enciende una luz en medio de la oscuridad, al brillo de esa luz surgirán muchas maravillas."
CésarCor
Como atado por un hilo finísimo de bramante encerado, el material más duro para fabricar tejidos, mi corazón (si es que es ahí en donde tengo colocados los quereres) nota a 100, 200, 260 kilómetros y más allá, el punto de anclaje. Ese cordón, que acompaña al tendido eléctrico sobre las vías y que nadie distingue porque se enreda en las catenarias como un cable más, es como el ovillo que me ayudará a salir del laberinto, el caminito de migas que me señala el retorno al hogar, al lugar en donde hice mi nido. Duele pero acompaña.
Gracias por tu fidelidad Niñocactus
Sara: si se curó díganoslo, que lo mismo nos hacemos millonarios ofreciendo cuentos como medicina alternativa: Cuentoterapia. Nosotros hemos demostrado que para las arrugas van muy bien, a ver si un día publicamos el material gráfico, jeje.
Jacinto: chucu, chucu, chú... Yo ahora cruzando los dedos para que no haya despedidas...
Belula: esos viajes son porque somos de la generación Willy Fog ;)
Cecilia: ¿sabe?, nunca saqué más de un 6,5 en mis redacciones...
Fantasma: alegremos entonces... Le mando un pastillero con sonrisas.
Aitana: tengo grabado un abrazo en la piel de un encuentro de estación... Pero ése fue de autobús...
Caro: nosotros tenemos suerte porque no necesitamos excusas para los besos y los abrazos, es como un reencuentro permanente...
Cesarcor: gracias a ti farero. Me encantó el cuento...
Termenón: espero que el hilo no se tense, que te deje respirar... Ojalá los quereres estuviesen siempre cerca... Mil abrazos y gracias a ti
NIñocactus
Pues yo feliz de este reencuentro, aqui parado en tu estación.
Un abrazo
(me gustan las estaciones)
vaya... yo uno de tren, como un tatuaje...
(despedidas grabadas también... de aeropuerto... puaj)
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